domingo, 19 de diciembre de 2010

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toda esta ilusión de ser especial
de ser intocable
invencible
de dejar de trastornarse por los cuerpos desmembrados
porque de hacerlo, de tanta frecuencia, el cuerpo no podría soportarlo

de toda esta costumbre de ver ambos lados de la calle
y que la puerta esté bien cerrada
a siete mil ojos rotando hacia cada uno de los radios posibles

un maldito hijo de puta con voz amable y tranquila
tan fino de modales, como para darte un par de explicaciones
ojos fríos, piel morena, nombre imposible de adivinar
oculto tras la miseria de esta ciudad
dentro la cuenca vacía de la antigua dueña de su teléfono

esta ciudad eructa metano desde su exacto centro
disfrazada de mañana, de indiferencia
aliento a plomo en tu primogénito
por ser un blanco fácil en el momento exacto
y con facilidad de pago

esta ciudad es cada vez más grande
más putrefacta
y estamos terriblemente solos-

jueves, 26 de agosto de 2010

( )


"O tenía las paredes muy gruesas
o éramos los únicos ocupantes
o los demás no abrían la boca ni para gemir..."

Lupe, Roberto Bolaño.

esa voz rebotaba por todas partes
mientras el entorno se lo permitía,
esa voz es infinita tristeza
almacenada en unos cuantos versos que,
en efecto, son lacónicamente tristes

lancé pronto al carajo todo lo que tenía en mi cabeza,
la música me parecía increíblemente molesta;
una feliz y mal llamada coincidencia hacía rasgar el cielo allá afuera
y mi capacidad de entendimiento la pasé por un embudo:
escuché esa voz sólo una vez
y creo que tengo miedo de escucharla de nuevo

hubiera jurado una patada en el pecho,
pero ahora pienso que en realidad
su voz es un barrenito miniatura,
que perfora sin querer el pulmón izquierdo

una curiosidad intensa, un estremecimiento,
la juventud, la confusión, las repentinas respuestas:
su voz, la que me pone inmensamente triste,
es una planta carnívora que vive hondo en el pecho
y que sólo muerde por supervivencia

sábado, 19 de junio de 2010

Marea negra

No puede ver nada más que la vertical sobre la que respira apenas. Chiclosa, densa bahía oscura bajo el sol. La garganta del pelícano burbujea y se funde con la garganta de otro en una masa cada vez más amorfa y maloliente. Verán, los billetes no absorben el crudo del todo bien. Ni la estupidez humana. No.

jueves, 3 de junio de 2010

Llaga

El sonido de la lluvia es generalmente acogedor, pero al oírla hoy me siento incómoda. Ágatha dejó muchas muertes y tristeza a su paso. Dada las circunstancias, a más agua sobre la tierra, más gente bajo ella. El olor a tierra mojada visitó mi nariz con la misma sensualidad que siempre, pero sentí casi inmediatamente una profunda tristeza. Lo que usualmente me ha provocado siempre una sensación de paz y comodidad, es hoy realmente repulsivo. Presión sobre la llaga. Asquerosa monotonía natural. Ya no más, por favor. Ya no más.

lunes, 31 de mayo de 2010

Ágatha

La tormenta murió, y la gente también.

martes, 13 de abril de 2010

Todo placer que antaño gozábamos,
no es ahora más que una imagen de mal gusto.
Lo que era de tu agrado es ahora engorroso,
y lo que era de mi agrado es motivo de culpa.
Nada más quiero que no sea cierto,
pero quizá todo esté ocupado
por un cuerpo extraño, molesto e irritante,
que se supone había muerto ya...
pero dejó secuelas que nos tienen heridos,
y de pie.
Y aunque sólo hayan rastros,
una vida que no enamora es la que nadie quiere,
y la que nadie tiene por mucho tiempo.
Algo o nada por evadir, a estas alturas ya nadie sabe.
Frases e historias aledañas nos distraen por momentos.
Y todo, todo es así gracias a vos y contra nosotros.
¿Qué tan pulcro puede ser el maquillaje
que dejan las sonrisas sobre el dolor?

jueves, 18 de marzo de 2010

Poltrona

No es necesaria demasiada concentración. Basta con cerrar los ojos para que el aire caliente tome la forma de una mano y un respaldo. Todos los sonidos se vuelven partitura de un saludo amable. El pulso desacelera y la respiración es más consciente. Una risotada se pronuncia como una leve sonrisa... Y justo cuando mi mano intenta tomar aquélla, lastima mi hombro cubierto de piel seca y herida. ¿Sabés? No es necesario anunciar tanto a la ausencia, porque el dolor es reconfortante cuando cosas buenas se divisan. Y el calor que perdura crece, quema y no cobija.