martes, 9 de agosto de 2016

Romper con tinta esta hoja en blanco
implicaría rasgar por su centro
la máscara de papel que construí
para ti.

A veces se moja con llanto colado por los poros.

La sonrisa no es hermética
y los ojos, sobretodo,
brillan a gritos, siempre.

Así que hoy andaré por ahí con córneas rojas de silencio.

Con ese vaho por el que uno camina cuando es impotente.

El mundo se reduce a una sola cosa y cuando no,
me regresa a la cosa.

Habría que llorar el dolor entero y vivir como una muchacha de 27
habría que salir de este país,
dejar que me abracen otro cielos

pero el lugar de uno a veces está de la mano de otros,
entre el fango,
sin soltarnos nunca.