Romper con tinta esta hoja en blanco
implicaría rasgar por su centro
la máscara de papel que construí
para ti.
A veces se moja con llanto colado por los poros.
La sonrisa no es hermética
y los ojos, sobretodo,
brillan a gritos, siempre.
Así que hoy andaré por ahí con córneas rojas de silencio.
Con ese vaho por el que uno camina cuando es impotente.
El mundo se reduce a una sola cosa y cuando no,
me regresa a la cosa.
Habría que llorar el dolor entero y vivir como una muchacha de 27
habría que salir de este país,
dejar que me abracen otro cielos
pero el lugar de uno a veces está de la mano de otros,
entre el fango,
sin soltarnos nunca.
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