jueves, 26 de agosto de 2010

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"O tenía las paredes muy gruesas
o éramos los únicos ocupantes
o los demás no abrían la boca ni para gemir..."

Lupe, Roberto Bolaño.

esa voz rebotaba por todas partes
mientras el entorno se lo permitía,
esa voz es infinita tristeza
almacenada en unos cuantos versos que,
en efecto, son lacónicamente tristes

lancé pronto al carajo todo lo que tenía en mi cabeza,
la música me parecía increíblemente molesta;
una feliz y mal llamada coincidencia hacía rasgar el cielo allá afuera
y mi capacidad de entendimiento la pasé por un embudo:
escuché esa voz sólo una vez
y creo que tengo miedo de escucharla de nuevo

hubiera jurado una patada en el pecho,
pero ahora pienso que en realidad
su voz es un barrenito miniatura,
que perfora sin querer el pulmón izquierdo

una curiosidad intensa, un estremecimiento,
la juventud, la confusión, las repentinas respuestas:
su voz, la que me pone inmensamente triste,
es una planta carnívora que vive hondo en el pecho
y que sólo muerde por supervivencia

4 comentarios:

  1. Que lindo tu poema Andrea, linda forma de versar, tan espontánea, tan clara, con un lenguaje tan claro, parece que estuvieras platicando y sin embargo es un hermoso poema, no es facil de lograr eso.

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  2. Una vez más, te felicito por tus versos, Andrea.

    En cada ocasión que puedo hacerlo visito tus blogs y me retiro satisfecho.

    Gracias por compartir tus escritos.

    Un beso,

    Pablo

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  3. y esto? es el nuevo? viene a reemplazar al otro?... te estás diversificando?

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  4. Las dos verdades de la voz: Comunicar y lastimar. Las dos mentiras de la voz: Decir la verdad y mostrarnos como somos. Las dos contradicciones de la voz: comunicar la verdad y lastimar por lo que somos...

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